En la década de 1930, medir la pérdida de audición era muy difícil. El Dr. Leland Alfred Watson, tras licenciarse en la Universidad de Minnesota, empezó a trabajar en Minneapolis en la Sonotone Minnesota Corporation. Como hijo de un oftalmólogo, pronto se dio cuenta de que era necesario desarrollar dispositivos más sencillos para las pruebas audiométricas, ya que los que ya existían en el mercado requerían cálculos complejos para medir la pérdida auditiva de los pacientes.